El estrés es uno de los problemas recurrentes en nuestra sociedad, y es precisamente en el ámbito laboral donde más suele producirse.

Las múltiples responsabilidades, las tareas pendientes, y las expectativas desmedidas, unidas al estrés social y a la incertidumbre que vivimos actualmente con la pandemia, son un caldo de cultivo que pueden disparar los niveles de estrés de los trabajadores. Pero podemos evitar que el estrés se cronifique y se convierta en un problema, si aprendemos a manejarlo cuando aparezca y tomamos algunas medidas de prevención.

Tips para quitar el estrés en la oficina:

Mejorar la postura de trabajo

El estrés no solo afecta a nuestro estado emocional, también le pasa factura al cuerpo. Mantener una postura correcta en el trabajo ayudará a que los músculos no sufran una tensión adicional innecesaria.

Para adoptar una postura ergonómica mantén la espalda recta y apoyada en el respaldo de la silla. Las rodillas deben formar un ángulo de 90 grados, y los pies deben reposar sobre el suelo. No tensiones las muñecas ni los brazos, y sitúa el monitor a la altura de la vista para evitar forzar el cuello.

Descansos para moverse

Cuando mantenemos demasiado tiempo la misma postura, tanto el cuerpo como la mente acaban agotados. Una manera de mantenerse fresco y activo es tomar pequeños descansos de vez en cuando para liberar tensiones y movilizar el cuerpo.

Utilizar las escaleras en vez del ascensor, dar un paseo corto, o hacer estiramientos son buenas elecciones para los momentos de descanso.

Cuidar los ojos

Mantener la vista fija en la pantalla durante muchas horas es perjudicial a largo plazo. Para evitar problemas de visión, enrojecimiento, hinchazón, etc. debes descansar los ojos cambiando la profundidad de la mirada.  Escoge el punto más distante que puedas ver desde tu sitio y mantén la mirada fija en ese punto durante medio minuto. Cerrar los ojos durante unos segundos y cubrirlos con las palmas de las manos también ayuda a relajar la vista.

Respirar hondo

En los momentos en que todo se viene encima de golpe, y las prisas y la ansiedad se apoderan de ti, necesitas parar y respirar hondo para detener la espiral de estrés.

La respiración profunda ayuda a calmar el ritmo cardíaco y bajar la presión arterial. Inspira lenta y profundamente, retén el aire unos segundos, y después expira también de manera lenta y controlada. Repite varias veces este tipo de respiración hasta que te encuentres sereno para volver a tomar decisiones y reiniciar las tareas con menos ansiedad.

Organizar el tiempo

En muchas ocasiones el tiempo se nos escurre entre los dedos… ¡y acabamos con un montón de tareas urgentes! Organizarse es fundamental para no sufrir agobios posteriores. Distribuye las tareas a lo largo del día, utilizando las primeras horas para las actividades más exigentes. Así podrás seguir el planning sin agobios ni ansiedad.

Cuidar la alimentación

Una buena alimentación nos ayuda a prevenir bajones de azúcar, problemas de estómago y otras muchas dolencias relacionadas también con el estrés. Si cuidas las comidas, tu cuerpo estará mejor preparado para no estresarse ante situaciones complicadas. No te saltes ninguna comida -ni siquiera el desayuno-, intenta que sean sanas y equilibradas con tu actividad física, y no alargues mucho los tiempos entre ingestas.

Si sigues estos consejos en la oficina, no evitarás los problemas y las preocupaciones, pero podrás afrontarlos de una manera mucho más sana y vital.